Es la ciencia de unir el alma con el Espíritu Infinito. Es el contacto con nuestra propia divinidad, con lo que se llama también “conciencia no local”, que es Dios, y que nos conecta a todos. Desde esa conciencia podemos todos aunados en ese propósito crear un mundo mejor. Somos fractales de la divinidad, con sus mismas cualidades, chispas de la Gran Fuente de Luz, Gota del Mar Cósmico.

Hay oraciones coloquiales, de súplica y de meditación. Sin embargo hay una forma de orar que se basa exclusivamente en el sentimiento que reconoce nuestra capacidad de comunicarnos con una fuente inteligente que nos invita a sentir una emoción clara y poderosa como si nuestras plegarias ya hubiesen sido atendidas. Con este lenguaje intangible participamos en la sanación de nuestro cuerpo, en la abundancia que le llega a nuestros amigos y en la paz entre los pueblos.

Hay  alimentos que sutilizan y otros que densifican, existiendo una jerarquía entre ellos. Es importante vivir en contacto con la naturaleza, y mantener viva la corriente vital en nuestro cuerpo.

Se habla del efecto Mozart que es la propiedad de algunos tonos y ritmos que ayudan a fortalecer la mente, aumentan le creatividad, activan emociones y sanan nuestro cuerpo. Estudios científicos  avalan que tanto la música como el color cambian la estructura molecular de quien la recibe.

Es una forma de radiación derivada de la luz del sol. El organismo humano funciona como un prisma, que disociando la luz en sus componentes fundamentales, extrae de ellos las energías necesarias para su equilibrio. Desde la antiguedad de ha utilizado el color para la sanación. El color rojo estimula la sección simpática del sistema nervioso, ayudando a la expresión de la vitalidad, y el azul el parasimpático por lo que es un excelente antidepresivo.

Fue creada por el chileno Rolando Toro. Se define como un sistema de integración humana, renovación orgánica, reeducación afectiva y reaprendizaje de las funciones originarias de la vida. Su metodología consiste en inducir vivencias integradoras por medio de la música, del canto, del movimiento y de situaciones de encuentro en grupo. Todo ello ayuda al equilibrio físico y emocional. Desarrolla potenciales humanos como lo son la afectividad, la creatividad, la percepción con todos nuestros sentidos  y la trascendencia.

El Feng Shui es una poderosa herramienta para crear armonía entre el hombre y el espacio en que éste habita. Tanto la forma como los colores son utilizados para crear ambientes armónicos y facilitar la sintonía de los espacios con la actividad para los que son destinados.

Así como la técnica hawaiana del Ho’Oponopono, cuyas a firmaciones de reconciliación y perdón tienen siglos de antigüedad, en la actualidad podemos escuchar los decretos y afirmaciones de Kryon, canalizadas diariamente en distintos países del mundo, cuyos videos se encuentran en  estos momentos en internet. Están también las más conocidas afirmaciones de Saint Germain y del Maestro Paramahansa Yogananda, quien figura en la foto. Éste último entrega una secuencia de trabajo para hacer las afirmaciones, que es como sigue: en postura de meditación y con la vista fija en el entrecejo, centro de la voluntad, verbalizar la afirmación escogida en volumen creciente y decreciente hasta llegar al pensamiento de ella. Se busca influir en la mente consciente, inconsciente y supraconsciente para lograr el resultado anhelado. Con ello se genera un campo cuántico para hacer realidad aquello que decretamos y visualizamos con fe desde nuestro interno en el presente.

Podemos cargarnos de energía cósmica a través de ejercicios de energetización. Concentrándonos en entrecejo podemos visualizar cómo la energía cósmica entra por el bulbo raquídeo hacia la parte de nuestro cuerpo que deseamos cargar con energía, en una secuencia de menor a mayor hasta mantenerla en su mayor tensión, para luego irla aflojando lentamente hasta que esté completamente relajada. Podemos hacerlo en las diferentes partes de nuestro cuerpo y lo ideal es al despertar y al atardecer, según lo indica P. Yogananda.

Hay una técnica de conexión entre el Cielo y la Tierra que me fue entregada por los Seres de Luz a través de una canalización, dada también a diferentes grupos en el mismo período, y que está descrita en  mi libro: Nuestros Orígenes Galácticos. Consiste en visualizar cómo surgen cordones de luz que se internan hasta el centro de la Tierra, para recibir de ella las energías nutricias que necesita nuestro cuerpo. Luego, desde nuestro corazón visualizamos rayos de luz que  suben hasta nuestra coronilla para llegar al centro de nuestra galaxia, centro de amor y de Luz espiritual.  Solicitamos  recibir esta energía de alta vibración, y luego, como un delfín de luz, las inspiramos, para llevarla a través de nuestra columna hacia el centro de la Tierra. Desde allí recibimos la energía de Gaia que sube por la planta de los pies hasta el coxis, desde donde la inspiramos para entregarla subiendo por nuestra columna al centro de la galaxia.

Ahora vamos a hacer que ambas energías converjan a nuestro corazón. Inspiro y visualizo ambas energías que llegan a mi corazón. Cuando llegan, expiro y mi corazón se expande. Hacerlo concentradamente y con intención de que se está logrando  por tres veces.

Con ello hacemos  un puente entre la Tierra y el Cielo, recibiendo y entregando amor con gratitud y devoción.